Descubrimientos imprevistos
Esta mañana me dijeron que hoy iba a ser el último día de buen tiempo, que a partir de mañana empieza a llover. Así que agarré la bici, empecé a pedalear dirección, digamos, Este, hasta que llegué a Rottingdean.
No hice visita turística, mi llegada a este pueblo fue casual. Podría haber seguido pedaleando pero me paré aquí. Me dejé llevar y descubrí un rincón muy acogedor. Estuve unas cuatro horas sentada, mirando el mar y pensando en mis cosas. Uno de esos momentos que tanto me llenan.
Me he quemado la cara y los brazos... ¡Qué raro! Pero es que no estaba tomando el sol. Sólo estaba pensando en mis cosas y el sol no pegaba fuerte como para darme cuenta de que me estaba quemando.
El banco en el que estuve sentada cuenta una historia. La historia de una tal Violet Lilley que falleció a los 85 años de edad, pero que antes de fallecer conmemoró a su difunto marido Bill Lilley que tanto disfrutó de este paseo bajo el acantilado. A su vez, alguien conmemora a Violet, adorable esposa de Bill.
Puedo ver a Violet y a Bill sentados en este banco en el que ahora estoy yo, después de un largo paseo cogidos de la mano.
Qué historias ocultará este banco, este paseo... me pregunto.
No hice visita turística, mi llegada a este pueblo fue casual. Podría haber seguido pedaleando pero me paré aquí. Me dejé llevar y descubrí un rincón muy acogedor. Estuve unas cuatro horas sentada, mirando el mar y pensando en mis cosas. Uno de esos momentos que tanto me llenan.
Me he quemado la cara y los brazos... ¡Qué raro! Pero es que no estaba tomando el sol. Sólo estaba pensando en mis cosas y el sol no pegaba fuerte como para darme cuenta de que me estaba quemando.
El banco en el que estuve sentada cuenta una historia. La historia de una tal Violet Lilley que falleció a los 85 años de edad, pero que antes de fallecer conmemoró a su difunto marido Bill Lilley que tanto disfrutó de este paseo bajo el acantilado. A su vez, alguien conmemora a Violet, adorable esposa de Bill.
Puedo ver a Violet y a Bill sentados en este banco en el que ahora estoy yo, después de un largo paseo cogidos de la mano.
Qué historias ocultará este banco, este paseo... me pregunto.
Querida Bebi:Recuerda La Rosa de los vientos,si sabiendo dónde está el Norte el opuesto es el Sur,a tu dcha Este y el que queda Oeste.
ResponderEliminarEn cuanto al banco poco podrá decir de la fascinante "seguro" historia de Mss,Violet and Mr,Bill,pero con tu fluída siempre imaginación supongo podrías empezar una novela.Agrada leerte y saberte,hasta entonces cúidate mucho y...Buena Proa
Thanks **checa...
ResponderEliminarBonita historia y bonita forma de contarlo...quiero saber más de ti y de ese entorno...que sólo nos dejas verte un trocito de pie!! Algún día me sentaré contigo en ese banco y podremos contarnos una historia... Besitos Beb
ResponderEliminarHola Holaaaa ...ya te imagino en esa bici pedaleando hasta algún lugar! De buena gana estaría sentada en ese banco junto a tí y a la hermana "pequeña" contándonos cosas las 3 y mirándo al horizonte....pronto lo presiento ;)
ResponderEliminarBesossss Beb